No hay duda de que cuando uno contempla una puesta de sol viajando por el río Huallaga u otro, no puede menos que quedar embelesado por su belleza.
La mezcla de colores que se producen en el cielo y en el firmamento son maravillosos, ¡qué puede pensar uno ante tal espectáculo?... Puede que uno piense en ese mometo en su familia, en lo que realmente valora y aprecia, puede pensar en lo que quiere hacer con su vida, y tantas cosas mas.
Sí, la belleza y la tranquilidad de la Selva, invita a la meditación.